Capítulo 9


LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN: MÉTODO

9.1. INTRODUCCIÓN

Las operaciones de limpieza y desinfección son partes esenciales de la producción de alimentos y la eficiencia con que estas operaciones se llevan a cabo ejerce una enorme influencia en la calidad final del producto. La condición previa para un programa de limpieza eficaz es que la factoría y su equipo se hayan diseñado teniendo presentes los estándares higiénicos; el programa de limpieza más eficiente puede ser inaplicable si en la fábrica o en el equipo hay graves deficiencias básicas y si en el diseño existen fallos la higiene nunca será totalmente efectiva.

Las superficies del equipo empleado en la fabricación de alimentos se ensucian inevitablemente y necesitan limpiarse. La limpieza debe llevarse a cabo si no continuamente, al menos a intervalos regulares y frecuentes de forma que se mantenga constantemente la buena calidad del producto. La forma en que debe realizarse la limpieza, depende principalmente de: (1) la naturaleza de la suciedad o mugre que debe eliminarse; (2) el tipo de superficie a limpiar; (3) los materiales empleados para la limpieza; (4) el grado de dureza del agua y (5) el grado de limpieza requerido.

Las fases básicas de un programa de limpieza pueden resumirse así: (1) eliminación de la suciedad más grosera; (2) eliminación con detergentes de todo resto de mugre o suciedad y (3) arrastre o enjuagado con agua para eliminar los detergentes y la suciedad. Del primer punto se prescinde cuando se aplican los sistemas de limpieza continuos o in situ (CIP). Pero frecuentemente la limpieza debe ir seguida de la desinfección o esterilización que implica otras dos nuevas fases, esto es, la desinfección o esterilización de las superficies con productos que destruyan los microorganismos y el arrastre o enjuague de aquellos.

Dado que el lector puede con fundirse con la terminología empleada en las técnicas de limpieza y desinfección, a continuación se da una breve definición de las palabras utilizadas más importantes.


9.2. DEFINICIONES

Bactericida - Sustancia química que, bajo condiciones definidas, destruye las formas vegetativas bacterianas, pero no necesariamente las esporuladas.

Bacteriostático - Sustancia química que, bajo condiciones específicas, previene el desarrollo bacteriano (N.B. muchos agentes bactericidas actúan como bacteriostáticos a diluciones bajas).

Superficie limpia - La que está libre de suciedad de todo tipo y no huele. Por lo tanto, es aquella de la que se han eliminado restos alimenticios, detergentes y desinfectantes. No contaminará los alirnentos que contacten con ella y los microorganismos que posee, si es que tiene alguno, no afectarán a la calidad del producto durante su elaboración. Una superficie limpia no es necesariamente estéril.

Limpieza - Cubre todos los procesos implicados en la eliminación de todo tipo de suciedad de las superficies, pero no los que corresponden a la esterilización.

Detergente - Producto que cuando se añade al agua ayuda a la limpieza.

Desinfectante - Definido originalmente en términos médicos como toda sustancía química que destruye los microorganismos causantes de enfermedades; ahora se define más correctamente como la sustancía que destruye un amplio margen de microorganismos, pero no necesariamente las esporas bacterianas.

Desinfección - Comprende los procesos implicados en la destrucción de la mayoría de los microorganismos de las superficies y del equipo, pero no necesariamente las esporas bacterianas.Aunque persistan algunos microorganismos viables no afectan a la calidad microbiológica de los alimentos que contactan con las partes desinfectadas.

Fungicida - Agente químico que bajo condiciones definidas destruye los mohos y sus esporas.

Higienización - Término que incluye todas aquellas acciones que ayudan a mantener o mejorar el bienestar físico humano, incluidas la limpieza general de su entorno y la conservación de su salud*.


* N. del T.: Equivale al término inglés sanitation.
Higienizante** - Sustancia que reduce el número de microorganismos a un nivel aceptable (N.B. esta palabra, muy utilizada en EE.UU., es virtualmente sinónima de desinfectante»).



* * N. del T.: Corresponde al término inglés sanitizer
«Sanitización» - Véase desinfección.

Suciedad - Todo residuo alimenticio indeseable, tanto de naturaleza orgánica, como inorgánica, que permanece en el equipo y otras superficies de la fábrica.

Esterilización - Proceso mediante el que se destruye toda forma de vida, incluida la microbiana.

Esterilizante - Agente químico que destruye todas las formas de vida.


9.3. TIPOS DE SUCIEDAD

El tipo de suciedad a eliminar varia de acuerdo con la composición del alimento y la naturaleza del proceso a que ha sido sometido. Sin embargo, los propios componentes de los alimentos varían muchísimo en «limpiabilidad» (Tabla 9.1) por lo que, para eliminarlos, debe disponerse de una gran variedad de agentes de limpieza para elegir los más convenientes. Los restos alimenticios de la superficie a limpiar pueden ser partículas secas y residuos desecados o cocidos, pegajosos, grasos o viscosos. Como mejor se eliminan estos restos es con medios físicos o con agua caliente suplementada, casi invariablemente, con detergentes de algún tipo. El período de tiempo que un residuo alimenticio permanece sin perturbarse también influye en la facilidad con que se limpia; por ejemplo, la leche cruda reciente puede eliminarse fácilmente pero si se deja secar resultará mucho más difícil. Ello se debe a la desnaturalización de las proteínas de la leche y a la rotura de la emulsión grasa que da lugar a que la grasa se extienda por otras partículas lácteas que son así más difíciles de eliminar.


9.4. ELIMINACION DE LA SUCIEDAD GROSERA

Puesto que la principal misión de un detergente es facilitar la eliminación de la suciedad, podría argumentarse que todas las operaciones preliminares de la limpieza convencional resultan innecesarias y tal vez perdidas desde el punto de vista de la mano de obra utilizada. A esto puede oponerse, como contrapartida, que si se elimina la mayor parte de la suciedad en un proceso de limpieza previo, la cantidad de detergente necesario para eliminar la restante será mucho menor y mejor aprovechada; este último proceder es el recomendado, siempre que sea factible y deberá iniciarse tan pronto como sea posible, después de terminado el procesado alimentario.

Tabla 9.1. Características de la suciedada

La limpieza preliminar de las piezas pequeñas del equipo, puede implicar su inmersión en agua caliente o fría para eliminar la suciedad que llevan adherida. La suciedad más persistente puede eliminarse por cepillado o rascado manual en agua, a unos 45 ºC aproximadamente. Las cerdas de los cepillos serán lo más duras posible, pero incapaces de dañar las superficies a limpiar. A este respecto no deben emplearse abrasivos, como los estropajos de acero y los cepillos de alambre, porque no sólo dañan muchas superficies, incluidas las de acero inoxidable, sino que pueden pasar a los alimentos partículas metálicas con las consiguientes reclamaciones de los compradores. Los polvos abrasivos tienen un empleo limitado, posiblemente sólo en conjunción con guantes de limpieza de nilon; siempre que se empleen es imprescindible arrastrarlos o enjuagarlos con agua.

Los chorros de agua a gran presión pueden emplearse para limpiar ciertas partes del equipo, si bien debe comprobarse que se elimina la suciedad y que la temperatura del agua es la adecuada; por ejemplo, en la carne cruda una temperatura del agua demasiado alta dará lugar a la desnaturalización proteica, haciendo más difícil la limpieza. El empleo exclusivo de chorros de agua a gran presión para la limpieza, es inadecuado; sólo se elimina la sucidad más grosera e incluso puede ser incompleta, cuando las máquinas empleadas están mal diseñadas, lo que determina que detrás de las cuchillas de las cortadoras-picadoras, de bordes y dobleces inaccesibles, etc., se acumulen grandes agregados de residuos alimenticios. Con las sustancias secas debe preferirse la limpieza a vacío, dado que los chorros de aire comprimido tienden a diseminar la suciedad por el entorno; tales chorros resultan a menudo útiles cuando están implicados los residuos más persistentes y tenaces.


9.5. DETERGENTES

9.5.1. Propiedades deseables


Los detergentes han de poder eliminar muchos tipos de suciedad bajo circunstancias distintas; por lo tanto, la relación de propiedades exigidas a un buen detergente es grande. El detergente ideal debería:

1. Ser fácilmente soluble en agua a la temperatura necesaria.

2. No ser corrosivo para las superficies del equipo.

3. Carecer de acción irritante sobre la piel y los ojos y no ser tóxico.

4. Inodoro.

5. Biodegradable; los detergentes han creado problemas al formar espuma en los sistemas de eliminación de efluentes, si bien actualmente han sido superados con el empleo de detergentes que son degradables por las bacterias del efluente.

6. De empleo económico; el precio más bajo por unidad de volumen puede no corresponder necesariamente al que resulta de empleo más económico.

7. Fácilmente arrastrables con agua; las soluciones de detergentes deben enjuagarse sencillamente, de forma que no queden restos adheridos a las superficies limpias.

8. Estables durante los períodos de almacenamiento largos.

9. Limpiadores efectivos de todo tipo de suciedad; debido al gran espectro de sustancias que deben eliminarse con los detergentes, tienen que poder:

(a) Humedecer la superficie del material sucio, es decir, rebajar la tensión superficial del agua de forma que ésta pueda penetrar en la suciedad y eliminarla más fácilmente de la superficie a limpiar.

(b) Dispersar los materiales insolubles, que en otro caso formarían agregados, y mantenerlos en suspensión de forma que puedan ser arrastrados antes de que se redepositen en la superficie limpia.

(c) Disolver las suciedades solubles, tanto orgánicas como inorgánicas; cuanto más rápida sea la solución mejor será el detergente.

(d) Emulsificar grasas y aceites, es decir, descomponerlos en glóbulos pequeños y dispersarlos de forma que permanezcan suspendidos en solución.

(e) Saponificar las grasas, es decir, convertir las grasas en jabones solubles.

(f) Secuestrar (es decir, ligar e inactivar) las sales de calcio y magnesio disueltas en las aguas duras, de forma que se evite su precipitación y no disminuya la eficacia de la limpieza. Ejemplo de esta precipitación es la formada al emplear jabón para lavar con agua dura. En esencia los detergentes tienen que poder ablandar el agua dura cuando sea necesario, si bien debe anticiparse que en las regiones de aguas duras han de instalarse sistemas de ablandamiento.

Nótese que no se espera que los detergentes posean propiedades bactericidas, si bien algunos las tienen en la práctica. Sin embargo, los detergentes eliminan fisicamente un gran número de bacterias durante la limpieza lo que facilita la desinfección posterior.

Puesto que, hasta ahora, ningún producto químico posee todas las propiedades citadas, deben mezciarse varios para obtener formulaciones equilibradas de detergentes aptas para una necesidad de limpieza específica.



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